

Santiago de Murcia (o de Murzia)
Un relato en primera persona sobre mi vida y obra
Permitidme presentarme: soy Santiago de Murcia, nacido en la villa de Madrid aquel 25 de julio del año 1673. Mi vida ha transcurrido entre cuerdas y partituras, pues tuve la fortuna de nacer en una familia dedicada al noble arte de la música. Mi padre, Juan* de Murcia, sirvió en la Capilla Real, donde también se hallaba el maestro Francisco Guerau, de quien, deforma indirecta, pues no fui alumno suyo, aprendí mucho.
*En algunas fuentes se dice que el padre de Santiago de Murcia fue Gabriel de Murcia (laudero), pero no se ha podido probar.
Desde muy joven, la guitarra fue mi compañera fiel, llevándome a recorrer salones, teatros y cortes. He de confesar que la reina María Luisa de Saboya, esposa del rey Felipe V, confió en mí como su maestro de guitarra. Su Alteza fue una mujer refinada, con gusto por las modas francesas, y tuve el honor de servirle hasta su muerte en 1714.
*Ver el articulo: "La relación entre el ukelele y la guitarra barroca"
Algunos podrán pensar que mis pasos me llevaron más allá de España, a lugares como Italia o incluso el Nuevo Mundo, pero os aseguro que mi vida transcurrió principalmente aquí, en mi tierra. Eso sí, mi música viajó donde yo no pude. Manuscritos con mis composiciones han sido hallados en México, lo que me llena de orgullo, aunque ignoro cómo llegaron a aquellas tierras lejanas*.
*Aunque no se sabe con certeza, parece ser que llegaron a México de la mano de posteriores poseedores de los manuscritos de algunas de sus obras. Estas obras son Passacalles y obras de guitarra por todos los tonos naturales y accidentales y el Códice Saldivar nº 4
Durante mis años en la casa de don Jacome Francisco Andriani, un caballero suizo de la Orden de Santiago, que nos acogió en el año 1714, dediqué gran empeño en escribir y perfeccionar mi Resumen de acompañar la parte con la guitarra, impreso en 1717. Esta obra contiene no sólo un tratado para enseñar el arte del acompañamiento, sino también danzas cortesanas y piezas llenas de la riqueza musical de nuestra España, combinadas con aires franceses e italianos.
La guitarra que toco tiene cinco órdenes, afinados según los signos de Alamire, Dlasore, Gsolreut, Bfabmi y Elami. Estos "signos" corresponden a determinadas notas según el sistema teórico medieval de los hexacordos. Su afinación precisa me permite navegar entre tonalidades con fluidez, algo que, creo, nos distingue a los guitarristas españoles. Mis adornos—trinos, mordentes, apoyaturas y otros refinamientos—aportan un carácter singular a cada pieza, buscando siempre deleitar al oído y al alma.
Mis composiciones abarcan géneros variados: desde las contradanzas francesas, que aprendí de los maestros Feuillet y Pécour, hasta las variaciones sobre temas como las Folías o las Jácaras, tan nuestras. También he rendido tributo a Italia con adaptaciones del italiano Corelli, mezclando rasgueados y punteados con el estilo propio de nuestra tierra.
Hoy, a mis años avanzados, miro hacia atrás con satisfacción. Sé que mi música ha dejado huella, viajando más lejos de lo que jamás soñé.
Madrid fue mi cuna y será mi descanso eterno. Fallecí un 25 de abril de 1739, dejando tras de mí cuerdas vibrantes y acordes que espero sigan resonando por generaciones.
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