Que un instrumento exótico como el ukelele pueda tener una gran similitud con la antigua guitarra barroca española (y europea), puede parecer algo extraño, pero ahora veremos que no lo es.
De hecho, el ukelele deriva de dos instrumentos portugueses, que son el rajão y el cavaquinho, tomando, aproximadamente, la afinación del segundo y la forma del primero.
La historia se remonta a finales del siglo XIX, cuando muchos portugueses viajaron a Hawai a trabajar temporalmente. Algunos de los marineros desembarcaron allí con estos instrumentos, que fueron bautizados por los lugareños como ukulele, que, traducido, segnifica pulga saltarina. Hay otras teorías sobre el nombre, siendo esta la más acreditada, pero es un tema en el que no vamos a profundizar ahora.
El caso es que, con el tiempo, parte de aquellos marineros portugueses se dedicaron a fabricar instrumentos y otros objetos de madera en las islas, y construyeron los primeros ukeleles como tales, adoptando la forma del cavaquinho y la afinación del rajão, aunque con una cuerda menos (cuatro, en lugar de cinco).
Y esto, ¿qué tiene qué ver con la guitarra barroca?
Pues, sencillamente, que tanto el rajão como el cavaquinho no eran más que instrumentos derivados de las guitarras europeas. Ni mucho menos estaba definida, por aquel entonces, ni la forma ni las dimensiones de la guitarra, y existían multitud de variantes, muchas de ellas de pequeño tamaño, cosa que facilitaba su transporte y abarataba los costes. Pequeñas guitarras de este tipo hay muchas, además de las mencionadas, como, por ejemplo, el timple canario o el guitarrico aragonés.
Los guitarristas académicos del momento, como Gaspar Sanz (1640-1710) o Santiago de Murzia (1673-1739), entre otros, andaban también en la tarea de acabar de definir cómo afinar sus guitarras, por entonces de 5 cuerdas (igual que el rajão). Pero una cosa era muy común: la cuerda más grave era la tercera cuerda. Tendía a afinarse la guitarra Mi-Si-Sol-Re-La (es decir, como la actual sin la cuerda sexta), pero las dos últimas cuerdas, en octava aguda.


Este tipo de afinación, en el que la cuerda más grave es la tercera, se llama afinación reentrante, y era muy común en muchos instrumentos, entre ellos, el rajão.
En función del tamaño del instrumento, las cuerdas pueden estar afinadas en otros tonos, pero conservando una estructura de intervalos muy similar entre las diferentes cuerdas.
Si ahora vemos la afinación del ukelele (derivada, como ya hemos explicado, de la afinación del rajão, directamente descendiente de las antiguas guitarras) y la comparamos con la de las 4 primeras cuerdas de la guitarra barroca, vemos que es exactamente igual, sólo que transportada una cuarta hacia arriba; es decir, lo que en la guitarra es Mi, en el ukelele es La, y así sucesivamante). Este transporte viene dado, naturalmente, por el menor tamaño del ukelele.

Por ello, la música para guitarra barroca (al menos, la de muchos de sus autores), en la que no existían los graves de las guitarras actuales*, es muy fácilmente adaptable al ukelele. De hecho, es posible que el carácter original de muchas de las piezas barrocas encuentren un sonido más parecido al original en el ukelele que en la guitarra clásica moderna.
Pongo aquí un vídeo sobre la transcripción, que he hecho recientemente, de dos piezas de la Suite en Mi menor de Santiago de Murzia (1673-1739). He tratado de ser lo más fiel posible a la versión original, conservando la gran mayoría de la armonía y del recorrido de las voces. Lógicamente, hay alguna pequeña licencia indispensable, al disponer de una cuerda menos, además de estar transportada a la tonalidad de la menor.
*Nada de lo explicado en cuanto a afinaciones se puede tomar como indiscutible o invariable, ya que siempre han existido variantes en un mismo instrumento. Actualmente, la guitarra se usa con diferentes afinaciones diferentes, al igual que el ukelele. Lo mismo pasaba en épocas pasadas. Sin embargo, las afinaciones que hemos comentado son las mas extendidas y utilizadas.
